Comunicado de la MMM: 24 de abril de 2023, Día Internacional de la Solidaridad Feminista contra las Empresas Transnacionales
Tras la decisión de la 9ª Reunión Internacional de la MMM, el 24 de abril se ha convertido en una fecha internacional en el que nos solidarizamos con las miles de vidas perdidas y afectadas por la codicia de las empresas transnacionales en Bangladesh.
La fecha se eligió para recordar el derrumbe del edificio Rana Plaza en Bangladesh en 2013, que causó la muerte de 1138 personas, el 80% mujeres, y más de 2500 heridos. Este edificio fue el hogar de fabricantes de ropa como Walmart, Benetton, H&M y C&A.
El colapso del edificio Rana Plaza no es solo una historia local de malas condiciones laborales, sino un momento de importancia global, que expone las prácticas capitalistas estructuradas por la ganancia del libre mercado, que sistemáticamente atenta contra los derechos laborales y la seguridad de las trabajadoras/es.
Además, las corporaciones transnacionales explotan específicamente las vidas, los cuerpos y los medios de subsistencia de las mujeres mientras destruyen sus tierras y las despojan en todas las esferas de la vida.
Este año, nos encontramos recordando el crimen de Rana Plaza a la luz de una ola amplia y extendida de militarización e industria bélica que se desató en todo el mundo. Esta ola está intrínsecamente conectada con la explotación de las trabajadoras/es, ya que es otra forma de las herramientas de saqueo y explotación del capitalismo, que refuerza el autoritarismo y la violencia contra la clase obrera, las mujeres y los pueblos, como estamos presenciando a través de la opresión y la tortura de las mujeres en Irán y la aniquilación total de la educación y la participación de las mujeres en la vida pública en Afganistán.
Esto también se ve a través de la guerra en Ucrania y la destrucción de todo un país y la matanza y expulsión de su pueblo, a través de los ataques sionistas en la tierra palestina y la matanza diaria del pueblo palestino; a través de la ruina de una tierra y una cultura ricas y diversas en Yemen; y a través del control islamista y militar sobre Malí, junto con la lucha ruso-europea por el control del país. Mientras tanto, las sanciones económicas continúan asfixiando a países como Venezuela y Cuba.
La actual ola de militarización se está produciendo junto con el desarrollo de una industria fronteriza, que aumenta las divisiones sociales, económicas y espaciales y responde a las campañas xenófobas y racistas de la extrema derecha. En este sentido, estamos experimentando el crecimiento y control extensivo de las empresas militares y de seguridad que proveen los equipos a los guardias fronterizos, la tecnología de vigilancia para monitorear las fronteras y la infraestructura informática para rastrear los movimientos de población.
Además de destruir y controlar tierras, las guerras expulsan a las personas del lugar donde siempre han vivido, negándo los derechos fundamentales, como una vida digna, vivienda, alimentación, seguridad física, sexual y psíquica, entre otros.
Finalmente, la responsabilidad de las empresas transnacionales -la mano (in)visible detrás de estos horrores- también radica en crear y sostener la crisis climática en curso, ya que los combustibles fósiles, las empresas farmacéuticas, fronterizas y de vigilancia, y las corporaciones de agronegocios y sus cadenas de valor son responsables de el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, la destrucción ambiental generalizada y los graves abusos contra los derechos humanos. Esto también se ve exacerbado por la explotación de los recursos naturales y sus resultados, que se pueden ver fácilmente a través de los ataques a la soberanía alimentaria, el abuso de los derechos de los campesinos, la explotación de los recursos de la tierra y el agua, y el control absoluto de los magnates de la agroindustria.
Diez años después de su colapso, vemos en el crimen de Rana Plaza como el proyecto capitalista belicista sigue actualizandose. Trabajadoras/es, mujeres, pueblos, tierras, por fin, toda la naturaleza, están siendo víctimas de las práticas abusivas de este sistema.
Frente a los diez años del crimen de Rana Plaza, decimos: ¡no a la militarización y las industrias de guerra, no a las fronteras y muros, y no a la explotación de los recursos naturales, de las trabajadoras, las mujeres y los pueblos!
¡Seguiremos en marcha hasta que todas seamos libres de la violencia del poder corporativo!
Puedes ver nuestro corto documental, que fue producido en el encuentro Solidaridad Feminista en Resistencia y Construcción de Alternativas al Extractivismo, realizado entre el 12 y el 16 de noviembre de 2018 en Maputo, Mozambique. Mujeres angoleñas, brasileñas y mozambiqueñas compartiendo experiencias y saberes relacionados con la resistencia al extractivismo y la construcción de alternativas al modelo extractivo en nuestros territorios.
Además, en este vídeo podrás ver diferentes testimonios de todo el mundo. Nuestro esfuerzo es contar nuestras propias historias de lucha contra la minería rompiendo con las prácticas capitalistas. Las corporaciones transnacionales explotan específicamente las vidas, los cuerpos y los medios de subsistencia de las mujeres mientras destruyen sus tierras y las despojan en todas las esferas de la vida. Seguiremos resistiendo contra las transnacionales.