Desde el 20 de marzo de 2023, setenta y dos trabajadoras de la fábrica Verbaudet, en el norte de Francia, están en huelga para luchar por empleos y salarios dignos. Para muchas de ellas, ésta ha sido su primera experiencia de huelga, y representan un tercio de la plantilla femenina de la fábrica. Muchas de estas trabajadoras llevan más de 20 años en la fábrica y se han visto obligadas a trabajar por el salario mínimo. Sus reivindicaciones son: aumentos salariales, el fin de las terribles condiciones de trabajo y de la cultura sexista en la fábrica.
Verbaudet es una marca francesa presente en muchos países, bien conocida por las madres como la empresa número uno en ropa/productos para bebés y niños.
Para intimidar y reprimir a los trabajadores en huelga, la prefectura y el Estado enviaron policías a los piquetes, se saquearon los centros de trabajo y se agredió a muchos representantes sindicales.
Tras dos meses y medio de huelga, el viernes 2 los huelguistas pusieron fin a su larga y reñida huelga, librada con valentía y solidaridad. Consiguieron de los accionistas un aumento salarial general, la contratación de 30 nuevos empleados y la garantía de que no se tomarían medidas disciplinarias contra los antiguos huelguistas.
Los huelguistas pudieron hacer frente a Verbaudet y a su violencia; el desprecio general y la violencia estatal tranquilizaron a la multinacional. Los huelguistas: «Ha sido una lucha dura, pero hay indicios de que hemos abierto una puerta a los trabajadores de este país. La mejor manera de celebrar nuestra victoria es derribar esa puerta, ganar en todas partes».
Las empresas transnacionales han adquirido con el tiempo nuevas dimensiones al desarrollar nuevas estrategias para su crecimiento y funcionamiento. Como tales, son cada vez más responsables de profundizar el conflicto entre el capital y el trabajo y de poner en peligro la capacidad de los individuos y las comunidades para reproducir la vida, creando una verdadera disputa entre el capital y la vida. Las empresas transnacionales desempeñan un papel fundamental en estos conflictos porque pueden explotar simultáneamente nuestro trabajo, nuestra patria, nuestro cuerpo y nuestra naturaleza.
La victoria sin precedentes de la Huelga de Vertbaudet es un logro significativo y un hito en nuestra lucha feminista contra las empresas transnacionales. El triunfo de las trabajadoras de Verbaudet ha demostrado una vez más el poder transformador de la resistencia para millones de mujeres de todo el mundo que trabajan en empleos mal pagados, serviles y degradantes y se enfrentan a una dirección sexista y abusiva.
Como militantes de la Marcha Mundial de las Mujeres, saludamos solidariamente a las huelguistas de Vertbaudet.
¡Seguiremos marchando hasta que todos seamos libres de la violencia del poder corporativo!