Hacemos un llamado a la comunidad global para que apoye activamente al pueblo palestino e instamos a todos los gobiernos y a la ONU a usar su influencia para detener esta escalada, pedir un alto el fuego inmediato y una reducción del conflicto, y actuar con rapidez en todos los foros internacionales para regresar a un proceso de negociación y diálogo y poner fin a esta actual ocupación y a la guerra contra el pueblo palestino y apoyar su búsqueda de liberación.
Nos solidarizamos con les oprimides y las víctimas de la injusticia histórica y del desequilibrio de poder, particularmente con el pueblo palestino. Rechazamos la violencia contra los civiles y por ello condenamos con fuerza la estrategia genocida israelí en Gaza, que actualmente se encuentra bajo un bloqueo total, sumado a los 17 años de asedio que ya habían dejado al 65% de los gazatíes en inseguridad alimentaria.
Esta inseguridad es producto de la utilización de alimentos como arma por parte de la ocupación israelí para obligar a les palestines a renunciar a sus derechos. El acceso a alimentos, agua y equipos médicos se utilizan como armas. En este momento, es muy escaso encontrar alimentos en Gaza, además del corte total de electricidad y suministro de combustible en la franja. Más de 2,5 millones de personas se encuentran actualmente atrapadas en Gaza sin ningún lugar seguro. Casi 6.000 palestines han sido asesinados, entre ellos 2.300 niñes, y otres 18.000 han resultado herides hasta el 25 de octubre de 2023. Cientos más siguen atrapados bajo los escombros hasta el día de hoy por falta de equipos necesarios para retirar escombros y de los continuos bombardeos que no escatiman equipos médicos ni de rescate.
Sólo se permitió la entrada a Gaza de 20 camiones de ayuda desde que comenzó la agresión, y cubren menos del 3% de lo que Gaza necesita diariamente en circunstancias normales para sobrevivir. Normalmente, 600 camiones que transportan diferentes necesidades humanas y médicas entrarían diariamente en la sitiada Gaza.
La ocupación israelí ha matado también a 103 palestines en Cisjordania desde el comienzo de la agresión a Gaza. Las fuerzas de ocupación israelíes llevan a cabo incursiones, bombardeos y asedios diarios en ciudades y campos de refugiados. Más de 700 puestos de control militares israelíes dividen Cisjordania, que separa completamente la zona de Al-Aghwar que produce el 80% de los alimentos de les palestines. Unas 100.000 familias palestinas que dependen de la producción de aceitunas no pueden acceder ahora a sus tierras para la cosecha, principalmente en Gaza y Cisjordania, debido a los miles de rifles de asalto que ha distribuido el gobierno israelí a los colonos. Varios palestines fueron asesinades por colonos israelíes mientras trabajaban en sus tierras en Cisjordania durante la semana pasada.
Extendemos nuestra solidaridad también al pueblo libanés, especialmente en el sur, cerca de la frontera con la Palestina ocupada, ya que también enfrentan ataques israelíes que han desplazado a muchas personas hasta ahora, han impedido que les campesines accedan a sus tierras y han matado a varias personas, incluidos periodistas que cubrían los acontecimientos en la zona.
Hacemos un llamado a la comunidad global para que apoye activamente la búsqueda de liberación del pueblo palestino. Hacemos hincapié en la necesidad urgente de poner fin a la ocupación y garantizar la libertad del resiliente pueblo palestino que ha estado luchando contra la ocupación israelí durante 75 años.
Creemos que abordar la seguridad alimentaria y el derecho a la alimentación es una parte integral de la lucha más amplia por la justicia, la paz y la dignidad para todes.
La situación de inseguridad alimentaria en Gaza, Palestina, es extremadamente crítica. Durante décadas, a les pequeñes productores de alimentos, incluidos pescadores y agricultores, se les ha negado el acceso a sus aguas, tierras y otros bienes comunes cruciales. Muchas personas fueron asesinadas por las fuerzas israelíes mientras intentaban asegurar sus medios de vida. La ocupación israelí ha creado una zona de exclusión militar en casi la mitad de las tierras cultivables de Gaza y una zona de amortiguación marítima que permite el acceso a apenas el 15% del Mediterráneo, lo que hace imposible que los pescadores capturen una cantidad adecuada de pescado para sustentar a sus comunidades. Esto, sumado al bloqueo a las exportaciones e importaciones, al acceso a alimentos, insumos agrícolas y combustible, y a las repetitivas agresiones convirtieron a Gaza en una hacinada prisión al aire libre donde les palestines sufren castigos colectivos y son privados de sus derechos, incluido el derecho a alimentación adecuada. El derecho a la alimentación está reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 y consagrado en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales que Israel firmó y ratificó hace 57 años.
“La idea es poner a dieta a los palestinos, pero no hacerlos morir de hambre”, dijo Dov Weisglass, asesor del ex primer ministro israelí Ehud Olmert. Esta declaración se produjo a la luz del “recuento de calorías” creado por la ocupación israelí para limitar la ingesta de alimentos de los habitantes de Gaza a niveles ligeramente superiores a los de la muerte por inanición. Esto ahora se ha convertido en una dieta mortal eficaz. El bloqueo continuo de 17 años de Israel también ha provocado una grave crisis de agua en Gaza, principalmente debido a los traslados forzosos de población por parte de Israel, el agotamiento de las cuencas de agua dulce de Gaza, el bloqueo del acceso de Gaza al río Jordán, la prohibición de la construcción de pozos, la destrucción de instalaciones de recolección de agua de lluvia, y el bombeo excesivo del acuífero natural que fluye hacia Gaza desde Jabal al-Khalil en Cisjordania.
La crisis alimentaria se ha visto exacerbada aún más por el envenenamiento sistémico de las tierras y del pueblo palestino mediante la frecuente fumigación y arrasamiento con herbicidas, y los repetidos bombardeos selectivos de las infraestructuras agrícolas, de agua y de saneamiento de Gaza durante las 14 agresiones encabezadas por la ocupación israelí en Gaza en 17 años: en 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011, 2012, 2014, 2015, 2016, 2018, 2019, 2021, 2022 y nuevamente ahora en 2023, durante los cuales se vuelven a desplegar armas internacionalmente prohibidas, como el fósforo blanco, tanto en Gaza y el sur del Líbano. Desde el año 2000, la ocupación israelí ha destruido 3.000.000 de árboles frutales y olivos para desplazar a los agricultores palestinos.
En su discurso ante la Asamblea General el 20 de octubre, el Relator Especial sobre el derecho a la alimentación, Michael Fakhri, dijo: «Es muy difícil debatir mi informe sobre la recuperación de la pandemia cuando somos testigos de cómo los alimentos se utilizan cada vez más como arma contra los civiles a través de medidas coercitivas unilaterales o en conflictos armados. De hecho, los alimentos se utilizan cada vez más intencionalmente para matar de hambre a la gente y desencadenar una limpieza étnica como la actual negación de Israel de alimentos, combustible, agua y suministros médicos a los palestinos y otros civiles en Gaza. Ayer, varios expertos en derechos humanos como yo dieron la alarma sobre el riesgo de genocidio contra el pueblo palestino. Necesitamos reafirmar la resolución 24/17 del Consejo de Seguridad donde el Consejo de Seguridad condenó a los civiles hambrientos y la denegación del acceso humanitario que se utiliza como tácticas de guerra.»
Condenamos los renovados planes israelíes de limpieza étnica y desplazamiento masivo forzado de palestinos de Gaza hacia Egipto, así como las posturas de muchos países europeos y de la UE sobre la estrategia genocida en curso, que alientan su avance sin cesar. Los alentamos a adoptar posturas que estén en consonancia con los valores que promueven en materia de derechos humanos en general, y el derecho a la alimentación en particular, y a abstenerse de cualquier forma de doble rasero.
Instamos que se brinde protección internacional inmediata al pueblo palestino, para proteger , respetar y promover todos los derechos humanos, incluido el derecho a la alimentación, mediante la aplicación urgente del Marco de acción del CSA para la seguridad alimentaria y la nutrición en crisis prolongadas (CFS-FFA). El Marco de Acción del CSA proporciona una hoja de ruta para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición en crisis prolongadas, con ambos principios siguientes que son especialmente relevantes y urgentes en este momento:
- Satisfacer las necesidades humanitarias inmediatas de les palestines asediades en Gaza sin discriminación y garantizar un acceso seguro y sin obstáculos a la ayuda humanitaria y alimentaria, y que las Naciones Unidas asuman su responsabilidad moral de garantizar que esa ayuda les llegue.
- No utilizar los alimentos como medio de presión política o económica y la necesidad de abstenerse de tomar medidas unilaterales que no tengan en cuenta el derecho internacional, incluida la Carta de las Naciones Unidas, y que pongan en peligro la seguridad alimentaria y la nutrición, tal como se estipula en el Declaración de Roma de 1996.
Hacemos un llamado a la comunidad global para que apoye activamente al pueblo palestino e instamos a todos los gobiernos y a la ONU a usar su influencia para detener esta escalada, pedir un alto el fuego inmediato y una reducción del conflicto, y actuar con rapidez en todos los foros internacionales para regresar a un proceso de negociación y diálogo y poner fin a esta actual ocupación y a la guerra contra el pueblo palestino y apoyar su búsqueda de liberación.
Esta es la declaración solidaria de La Vía Campasina que apoya la Marcha Mundial de las Mujeres