«Derrocar este sistema con fuerza y rebeldía, organizando a las mujeres sin perder el coraje: soñando y luchando como Nalu Faria».
El 3er Encuentro Nacional de la Marcha Mundial de las Mujeres en Brasil tuvo lugar del 6 al 9 de julio, reuniendo a más de mil mujeres militantes guiadas por la esperanza y la fuerza colectiva de 23 estados de todo el país para abordar los problemas que enfrentan las mujeres y discutir la agenda política de organización y movilización por un mundo justo e igualitario.
En un encuentro de 4 días, las militantes de la Marcha Mundial de las Mujeres destacan la esencia revolucionaria y política del feminismo en la conquista de la soberanía popular y de la autonomía sobre el cuerpo de las mujeres, al mismo tiempo que defienden la auto-organización para transformar la vida de las mujeres, uniendo diversos grupos para desafiar el patriarcado y el fascismo. El encuentro destaca tanto la fundamentalidad de la movilización de las mujeres en la lucha contra Bolsonaro y en la victoria electoral de Lula como la necesidad de una resistencia continua contra el conservadurismo ligado al neoliberalismo y a la extrema derecha, que perpetúan la misoginia y los ataques a los derechos de las mujeres.
El movimiento subraya la importancia de un impulso feminista para aumentar la presencia de las mujeres en la toma de decisiones políticas, luchando por cambios estructurales y radicalizando la democracia. Su agenda incluye la ampliación de los servicios públicos, salud, educación y la lucha por una Política Nacional de Cuidados para enfrentar la reproducción social y la división sexual y racial del trabajo.
La MMM Brasil condena la explotación y la expropiación por el capital, la privatización, la militarización y la invasión de territorios por las empresas transnacionales, afectando particularmente a las comunidades indígenas. Critica las falsas soluciones al cambio climático y aboga por la justicia climática y ambiental.
El movimiento exige la legalización y despenalización del aborto, rechaza la mercantilización de los cuerpos de las mujeres y promueve una economía feminista arraigada en la agroecología y la reforma agraria popular. También se insiste en la necesidad de la soberanía popular, que abarca la soberanía alimentaria, energética y tecnológica, y la autonomía corporal.
La declaración hace un llamamiento a la solidaridad contra el imperialismo, al apoyo al movimiento por una Palestina libre y a la lucha continua por la libertad y la igualdad a través de un movimiento masivo de mujeres de base. Afirmaron que el socialismo y el feminismo están interconectados en su visión de la transformación de la sociedad, continuando su marcha hasta que todas las mujeres sean libres.
Su programa rechaza el modelo social del capitalismo, afirmando los principios de la autoorganización de las mujeres y las alianzas estratégicas con los movimientos de base. Aprendiendo de sus aliados, construyen procesos antiimperialistas y luchas por la integración de los pueblos. Afirman el socialismo como horizonte de transformación, convencidas de que sin feminismo no puede haber socialismo. Este evento fue un paso significativo en la unión de las mujeres de todo Brasil. Las discusiones y los resultados de este encuentro orientarán las acciones del movimiento en los próximos años, reforzando su compromiso con la justicia y la igualdad.
La MMM continuará marchando hasta que todas las mujeres sean libres, con Nalu Faria presente en nuestro espíritu.