Declaración de la Marcha Mundial de las Mujeres: Alto al genocidio, ¡no al desplazamiento en Palestina!

Declaración de la Marcha Mundial de las Mujeres: Alto al genocidio, ¡no al desplazamiento en Palestina!

El ejército de ocupación sionista lanzó al amanecer del martes una serie de violentas incursiones dirigidas contra viviendas civiles en toda la Franja de Gaza. Esta ofensiva es la primera escalada militar que rompe el acuerdo de alto el fuego, que entró en vigor el 19 de enero de 2025. Esta intensificación de los bombardeos y la destrucción generalizada forma parte del genocidio que «Israel» lleva cometiendo contra el pueblo palestino desde el 7 de octubre de 2023. Solo en este último ataque murieron casi 430 palestinos y palestinas, y muchos/as más resultaron heridos/as o atrapados/as bajo los escombros; todo ello bajo el silencio del mundo entero, que observa cómo Israel continúa su campaña de exterminio contra el pueblo palestino.

La resistencia palestina ha demostrado un compromiso irreprochable con todas las disposiciones del acuerdo de alto el fuego y ha trabajado para garantizar su estabilidad. Sin embargo, la ocupación israelí ha eludido sistemáticamente sus obligaciones y ha ampliado sus violaciones, con el apoyo político, militar y financiero de los Estados Unidos del presidente Donald Trump y otras potencias imperialistas. En lugar de respetar los términos del acuerdo, Israel ha intensificado sus ataques, tratando de aplastar la resistencia palestina mediante masacres y desplazamientos forzosos. Esto no es solo una crisis humanitaria: es genocidio y limpieza étnica.

El actual plan político para deportar a la población palestina de Gaza a otros países es una injusticia que golpea el corazón de la dignidad humana. Los y las gazatíes, que han vivido durante generaciones en la tierra de sus antepasados, no deben verse obligados/as a abandonarla, despojados/as de lo que les queda de sus hogares, de su patrimonio y de su derecho a permanecer en la tierra que constituye la esencia de su identidad. Desde el 7 de octubre de 2023, 1,9 millones de personas han sido desplazadas por la fuerza, viven hacinadas en refugios, sin agua, alimentos ni calefacción, y en este contexto la población experimenta niveles de privación sin precedentes.

Incluso durante el llamado «alto el fuego», Israel siguió matando la población civil palestina, negándole ayuda vital, lo que se considera una maniobra equivalente a la inanición forzada y un claro crimen de guerra contra 2,3 millones de personas atrapadas en la Franja de Gaza. La maquinaria de guerra opera con impunidad, apoyada por las potencias imperialistas y las corporaciones globales que se benefician del sufrimiento del pueblo palestino. 

El gobierno del Sr. Netanyahu sigue retrasando la aplicación de la segunda fase del alto el fuego, que incluye acuerdos esenciales como la retirada total de las fuerzas de ocupación de Gaza, la liberación de los y las prisioneras palestinas restantes en un plazo de 50 días, la reapertura de los pasos fronterizos y la entrada inmediata de ayuda humanitaria, dado que 2 millones de gazatíes están amenazados por la hambruna desde el comienzo de la ofensiva y que el 80% de la población de Gaza no tiene acceso a agua potable. La destrucción de tierras agrícolas, que ha alcanzado niveles sin precedentes, está agravando la catástrofe alimentaria en el territorio, ya que el 63% de estas tierras de cultivo han resultado dañadas. En cambio, la ocupación está ejerciendo presión mediante una violencia implacable, con la esperanza de obligar a la resistencia palestina, que se ha resistido a estas tácticas brutales, a hacer más concesiones.

Como feministas, reconocemos que la guerra, la militarización y la ocupación tienen un impacto desproporcionado sobre las mujeres y las comunidades marginadas. Las mujeres palestinas se enfrentan a la triple opresión de la violencia colonial, el control patriarcal y la devastación económica. Están en primera línea de la resistencia: cuidan de familias sometidas a bombardeos, sobreviven en condiciones imposibles y luchan por la liberación de su pueblo. Nuestra solidaridad debe ser activa e intransigente.

El mundo debe imponer un cese incondicional e inmediato de los ataques israelíes para impedir nuevas agresiones militares y poner fin a este genocidio. Al mismo tiempo, deben abrirse las fronteras de Gaza para que las personas desplazadas puedan regresar a sus hogares, y para iniciar a reconstruir la Franja de Gaza, que se desmorona bajo una montaña de 42 millones de metros cúbicos de escombros, cuya reconstrucción requiere la movilización de 1.200 millones de dólares y catorce años de trabajo.

Los pueblos del mundo no han permanecido en silencio, y nosotras tampoco lo haremos. Desde los movimientos feministas a los sindicatos, desde las organizaciones campesinas a los grupos estudiantiles, llamamos a una movilización permanente en solidaridad con el pueblo palestino. 

Debemos intensificar las acciones para bloquear los envíos de armas, interrumpir el comercio, cerrar las empresas cómplices y negarnos a permitir que todo siga igual mientras se comete un genocidio.

Llamamos a los movimientos feministas y populares a:

– Organizar una movilización masiva mundial el 30 de marzo – Día de la Tierra, día histórico de la resistencia palestina.

– Movilizarse entre el 30 de marzo y el 6 de abril para rechazar la maquinaria de guerra sionista y mostrar una solidaridad inquebrantable con Palestina.

– Construir redes de resistencia feminista, anti-imperialista y anticolonialista, garantizando que Palestina siga estando en el centro de nuestras luchas.

Sabemos que nuestras luchas están interconectadas. Las fuerzas que se benefician de la guerra genocida de Israel también alimentan la militarización, la codicia corporativa y la violencia patriarcal en todo el mundo. Nuestra resistencia es colectiva y nuestra solidaridad es internacional.

¡Marchamos contra la guerra y el capitalismo,

defendemos la soberanía de los pueblos y el Buen Vivir!

Marcha Mundial de las Mujeres