25 de noviembre de 2024: ¡Defendamos la autonomía sobre nuestras vidas, cuerpos y sexualidades para acabar con la violencia contra las mujeres!

25 de noviembre de 2024: ¡Defendamos la autonomía sobre nuestras vidas, cuerpos y sexualidades para acabar con la violencia contra las mujeres!

En este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, nosotras, como Marcha Mundial de las Mujeres, alzamos nuestras voces y exigimos el fin de todas las formas de violencia contra las mujeres. Pedimos un mundo en el que las mujeres tengan plena autonomía sobre sus vidas, cuerpos y sexualidades, un mundo en el que se supriman la violencia, la explotación, la discriminación y el control patriarcal sobre las vidas de las personas. 

Las raíces de la violencia contra las mujeres se encuentran en lo más profundo de estos sistemas de opresión entrelazados. Es imposible acabar con la violencia contra las mujeres sin abordar y desmantelar las estructuras que sostienen la violencia patriarcal, capitalista y colonialista. Debemos enfrentarnos a los mecanismos de control impuestos sobre nuestras vidas, cuerpos, trabajo, tierras, recursos y océanos, ya que se utilizan para expandir la dominación y la explotación. 

La violencia contra las mujeres no puede erradicarse en el marco violento del capitalismo. A medida que se agudizan las crisis capitalistas, se refuerza el autoritarismo, que actúa como un método de control social que intensifica la opresión y la violencia contra las mujeres. Las mujeres se enfrentan a una intensificación de la vigilancia, el control policial y las restricciones a su autonomía, especialmente sobre sus derechos reproductivos, su libertad de expresión y su derecho a participar en la vida política y económica y en las negociaciones de paz. Cuando los Estados intensifican el control sobre el cuerpo de las mujeres y restringen sus derechos, no sólo socavan la igualdad de género, sino que convierten el cuerpo de las mujeres en un arma para mantener el poder. Esto alimenta la epidemia de feminicidios, criminaliza a las sobrevivientes de abusos y hace retroceder las protecciones contra la violencia de género que tanto ha costado conseguir.

Mientras el sistema capitalista se tambalea bajo su propia crisis -alimentando la pobreza, la inseguridad laboral y el colapso ecológico-, los gobiernos autoritarios refuerzan su dominio atacando a los movimientos feministas, criminalizando las identidades LGBTQ+ y sofocando las demandas de igualdad social y de género. 

Del mismo modo, no se puede acabar con la violencia contra las mujeres sin alzarse contra la cara genocida del capitalismo y el neoliberalismo que lleva un año asesinando y torturando sin tregua al pueblo palestino, por no hablar de las mujeres palestinas que de hecho son objeto de violencia sexual, desplazamientos forzosos, torturas y tratos inhumanos y degradantes, especialmente las que se encuentran en las cárceles israelíes. Por eso, afirmamos que sin alzarnos solidariamente contra lo que ocurrió y sigue ocurriendo en Líbano, Siria, Kurdistán, Afganistán, Sudán, Mali y Kanak sin alzarnos contra la migración forzada de millones de personas debido a la pobreza, las guerras y los desastres naturales derivados de la crisis climática, no podremos acabar con la violencia sistémica contra las mujeres. 

Los territorios de Oriente Medio y el Norte de África, Asia, Oceanía y América se militarizan para servir a los intereses económicos de las élites mundiales y las empresas transnacionales. Allí donde se produce la militarización, aumenta la violencia contra las mujeres; allí donde se expanden los poderes transnacionales, aumentan la trata de personas y la explotación sexual. Por eso, en este día de acción internacional contra la violencia hacia las mujeres, enviamos nuestro mensaje de solidaridad a los pueblos en resistencia para defender sus democracias y gobiernos populares.

A medida que se extiende la guerra, también lo hace la violencia contra las mujeres.  Por eso, en este día, una vez más, anunciamos que estamos al lado de la justa lucha del pueblo palestino y que las fuerzas de ocupación israelíes deben establecer inmediatamente un alto el fuego, poner fin a la guerra y reconocer la autonomía del pueblo palestino. 

La violencia contra las mujeres es estructural y sistémica; no puede erradicarse dentro de los confines de un sistema violento. Seguimos rechazando cualquier noción de «capitalismo humano». Sabemos que la sostenibilidad de la vida no puede coexistir con un sistema que mercantiliza, explota y degrada a las mujeres. 

Seguiremos resistiendo, organizándonos y luchando por el cambio, sabiendo que al hacerlo transformamos no sólo la vida de las mujeres, sino el mundo entero . Nuestra lucha es por la libertad, la seguridad y la autonomía de todas las mujeres. Nuestra visión es la de un mundo diferente, en el que recuperemos el control sobre nuestros cuerpos, nuestro trabajo y nuestras tierras. Seguiremos marchando contra las guerras y el capitalismo, por la soberanía de los pueblos y por el buen vivir, garantizando que nadie se quede atrás. ¡Ni una menos!


Marchamos contra las guerras y el capitalismo,¡Defendemos la soberanía de los pueblos yel Buen Vivir!